actualidad hace referencia a los objetos posados sobre una mesa, que pertenecen o que están de manera transitoria en el universo "eliano".
Aquella muestra de Ambrosini sobre el objeto extendía su presencia a partir de 1945. En general, se suele citar su desarrollo más pleno a partir de los primeros años ’60. Por aquella época se comenzaba a inaugurar una tensión entonces, entre objetualismo y el naciente conceptualismo. Esa tensión toca nuevamente uno de los polos recién tratados: la materialidad del objeto. El conceptualismo, por su parte, atañía a la desmaterialización. Por lo tanto, es más bien en el balance de esa tensión donde se ha movido siempre la producción de Elía.
Fabián Lebenglik, quien se ha ocupado insistentemente de este artista, lo ha hecho desde un ángulo a partir del cual ha ahondado en su peculiaridad penetrando en ese mundo particular sin aplicar categorías preestablecidas.
Elena Oliveras, quien también lo considera como artista clave de su generación, a partir de declarar sobreentendidos los “géneros variados” a los que Elía acude, ha denominado “coincidencia mágica de objetos y de situaciones heterogéneas” al tema que según su lectura guía las obras del artista.