Elía prefiere que no se utilice el término “carrera” cuando alguien se refiere a sus años de trabajo. Le resulta una expresión demasiado formal. Desde su punto de vista y también desde nuestra perspectiva su desarrollo y su vida junto al arte comenzaron cuando entró a la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano en los últimos años de la década del ’60, o con mayor precisión en la fecha de sus primeras obras arriba citadas.A partir de aquel punto de largada se sumaron una cantidad de acontecimientos en el tiempo que delinearon su entrada en el tejido histórico. Algunos fueron de corte institucional, otros relacionados con su correspondencia a ciertos grupos de artistas, otros con ciertas galerías que lo vincularon al mercado, coleccionistas, becas, etcétera, formaron una trama que lo respalda hasta el presente y en la historia.
Enumeramos: su paso por Artemúltiple y Ática. En lo personal y artístico, su encuentro con Víctor Grippo. Al poco tiempo comenzaba su relación con la galería Ruth Benzacar, una de las más importantes de la década del ’80 desde su inauguración en la calle Florida 1000, donde realizaría varias exposiciones. En 1985 ganó el premio Esso y viajó a Nueva York. El primer premio del Salón Municipal Manuel Belgrano en 1992.
En 1986 ganó la beca John Simon Guggenheim con una propuesta sobre la rayuela y viajó nuevamente a esa ciudad.