Desde el punto de vista del coleccionismo Jorge y Marion Helft no solamente le compraron sus obras tempranas, como citamos arriba, apostando a su talento y originalidad, sino que continuaron haciéndolo en adelante. Además, es sabido que su colección ha sido pionera en lo que a arte contemporáneo se refiere y a la consiguiente valoración del mismo. Dentro de la nueva oleada de coleccionismo de los años ’90 son varios los que repararon y adquirieron obras de Elía como piezas fundamentales. En cuanto a su presencia en colecciones de museos, el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires posee la obra “Cosmos”, 1993.
En 1995 Jorge Glusberg, director del Museo de Bellas Artes desde hacía un año, lo invitó a realizar un tipo de retrospectiva en la Sala Proyectos de dicho Museo. Con esa exposición comenzaría un largo ciclo de muestras de artistas vivos en una política nueva para la institución propia de este director. Es destacable que fuera Elía el elegido para inaugurarla.
En los años ’90 llegó a Buenos Aires Philippe Cyroulnik, director de Le 19, Centre Régionel d’Art Contemporain de Montbeliard, Francia, quien se convertiría en asiduo concurrente de Buenos Aires y gran entusiasta del arte argentino. Elía fue desde entonces uno de sus artistas predilectos. Lo invitó primero a participar de varias exposiciones colectivas y en 1999 le organizó una individual.