R.E. - Pero siempre hay un eje; para mí, el eje es el Diccionario Ideológico de Casares. Un día descubrí que me interesaba trabajar en la amplitud del término, y desde entonces siempre juego con el Casares...
E.S. - Es decir que, a partir de los significados dados del término, todas las referencias y resonancias cruzadas te sirven para multiplicarlas en más referencias y cruces, más arbitrarios, más inesperados...
R.E. - Y además está la cosa que pasa por la alteración de la letra. El trabajo con el diccionario no es sólo el trabajo con los posibles e infinitos cruces de alteración o multiplicación de los significados, sino con los efectos del cambio de una letra por otra, en una situación casi puramente plástica. La palabra acción, por ejemplo, escrita con X: AXION. Esa equis marca un sitio en el campo visual, un sitio como equis. Y la equis según el diccionario es “incógnita”. Un sitio y una incógnita al mismo tiempo.
[…] R.E. - Trabajando con el lenguaje siempre hay una trama, un entretejido muy estricto e intrincado pero a la vez poroso, donde por los intersticios pasa aire. Por ejemplo, yo tomo la palabra ideológico, idea - lógica. La palabra se abre, se quiebra, no ha perdido la contaminación de su palabra-origen pero ya es, no sólo otras dos palabras, sino una tercera entidad...
[…] Lo funcional, para mí, es lo que respira más allá de la Ley. El Diccionario es La Ley. Si existen, según La Ley, seis o nueve acepciones,