(Buenos Aires, 1931 - 1979), en el Salón de la Asociación Arte Nuevo de 1956, exhibió pinturas de abstracción muy libre, con las cuales se inclinó decididamente hacia la estética de la mancha. Toda la superficie de sus cuadros aparecía cubierta por manchas que se distribuían como constelaciones o agrupamientos, en ocasiones con zonas más densas y visualmente pesadas. En la muestra del grupo Phases exhibió pinturas con menor énfasis en las manchas y texturas visuales, inclinándose hacia una visión más cercana al surrealismo abstracto. Expuso en 1959, en la Galería Pizarro, unas pinturas que remitían a pliegues de telas y papeles arrugados, muy leves, en las que predominaban los colores sobrios, casi neutros.