[...] ¿Y cómo reacciona el público frente a esto? Desde el vamos, es decir, desde la habitación-muestra que precede a los escalones que llevan a la sala, lo sorprende la ambientación de otros tres plásticos (ya habían hecho lo mismo con otra obra de Emeterio Cerro, El cuiscuis): Liliana Maresca, Monique Altschul y Ezequiel Furgiuele, desencadenaron una serie de obras –o hechos– emparentados con el espíritu de la obra [La Magdalena del Ojón]. Hay carretas abstractas, con cuero real y lamentable; equívocos surrealistas de huesos como reliquias, y hasta unos guantes vacíos de manos y brazos, muy largos, que osadamente trepan por la ventana con su rojo furioso [...]