Precisamente, aquí viene Maresca a cumplir con los deberes del arte. Los cirujas también se hacen cargo de la basura de los otros, de su clasificación, de la pulcra taxonomía. En el carro que transportan viaja el cosmos, el orden riguroso de los restos, los cartones, las maderas, los fierritos y latas, las botellas y alambres, las revistas. Nada de comida llevan en su carro, porque de ella ya dieron cuenta en la bacanal familiar que precede al acto profesional mismo que es el momento de la recolección.
– ¿Arte conceptual?
– No señor. La culminación del realismo.