individuación, en suma, el universo particular e irrepetible que cada retratado generó e irradió, captado por el artista desde una distanciada y, a la vez, implacable perspectiva.
Jubilosa ocasión ésta que permite valorar más de un centenar de fotografías –paisajes urbanos, retratos, interiores, bodegones y la emotiva serie de Huellas de la Guerra Civil española–, de este compatriota que habiéndose desarrollado en Buenos Aires, emigró a Barcelona en los convulsionados años 70.
Esta exposición del , realizada conjuntamente con el , es la muestra más comprensiva que se haya presentado en la Argentina hasta el momento, por el número de obras así como por el lapso abarcado. Justo homenaje a un creador, reconocido y consagrado en España, admirado y apreciado aquí aún solo por un limitado núcleo de entendidos.