ideas, que propiamente individuos, objetos o paisajes. Y Rivas se apropió de este concepto en más de una ocasión.
El trabajo con los negros también se hizo presente en los paisajes urbanos. Para ellos, el artista recurrió a una gama baja con una zona de máximo contraste, que como en Lara, se muestra en el blanco y casi por completo escondido frente de la casa de Sant Cugat (2000), sumido en un desbordado follaje.
Interiores y bodegones
Capturados en Londres en 1979, un conjunto de interiores tapizados con típicos papeles floreados presentan esquinas y rincones a veces desdibujados por la filigrana de la decoración. La soledad sigue dando la nota aún cuando una cama deshecha o un mueble desacomodado señalen la inmediatez de una presencia. En pasillos, habitaciones cerradas, espacios de paredes descascaradas, billares sin parroquianos, sean de Stratford on Avon, Buenos Aires o Barcelona, el ajuste compositivo se mantiene imponiéndose a las peripecias del mobiliario.
Es interesante seguir los conceptos vertidos por Nelly Schnaith –principal teórica de la obra de Rivas– sobre una pieza clave que asume esta temática como es El velódromo (1980):
“… Lo que vemos es una severa estructura de regla y compás adherida al contorno de los objetos y una exhibición de las diversas texturas de la