“En esta muestra [...] veo un cambio formal y no formalista, espero. Un perfeccionamiento que me dio la experiencia en Europa. Quizá los temas sean los mismos de antes, pero mi contacto con fotógrafos europeos me llevó a ese ajuste en la forma”. Humberto Rivas [...]. Confiesa que no le costó mucho ubicarse en España: “Por un lado muy pronto comencé a trabajar en publicidad; por otro, mi tarea artística se vio beneficiada, porque en Europa la fotografía está muy considerada”.
Después de muchos años de ausencia, expuso por fin sus últimos trabajos en la galería Artemúltiple, de Buenos Aires. Rincones de cuartos en penumbra donde entra apenas un rayo de sol, una imagen de Borges, el retrato de un travesti, casas derruidas recortándose contra el cielo, y personajes en cuya cara transcurre una vida extraña, muy densa (la cara de una mujer, el cuerpo de una mujer embarazada), organizan un mundo que algunos han considerado cruel, como de “escrache” de prontuario, en referencia a muestras anteriores, donde un mundo parecido se movía dentro de una luz menos cruda, quizá más poética. “Hay mucha gente que dice que mis fotos son crueles –dice Rivas– [...] por el hecho de haber realizado todos esos cambios formales, mi fotografía se volvió más austera, más seca, y entonces las cosas se muestran tal cual son. En las fotografías de muestras anteriores, lo que ocurría es que eran menos yo.