[...] Algunas características del discurso posmoderno ya se encuentra de una forma natural en la actitud y la obra de Humberto. Por ejemplo, en la idea de la disolución de la categoría de novedad. Humberto Rivas no intenta ser innovador ni ello lo inquieta acaso. Sabe que quien pretende renovar se equivoca si solo sondea esa vía. Así, la obra va y viene del clasicismo a la inmediatez, y en ese ir y venir es que se convierte en contemporánea.
[...] En ningún caso Humberto es un activista de la posmodernidad [...] Incluso hay conceptos de este movimiento que no comparte. El más claro es el del desarraigo. Él que ha sido transterrado, no cree en la creación sin raíces. La huella en los rostros, o en los muros, es una constante que nunca abandona. Cree en ello con convencimiento. La obra tiene que estar ubicada. Tiene que ser universal, pero siempre por la vía del lugar y el sitio. La fotografía es una huella.
[...] De repente, Humberto Rivas fue más allá del contexto cerrado de los fotógrafos y se situó en el umbral de los fotógrafos puros que hablan de tú a tú a las artes de enfoques múltiples: una fotografía de concepto, como representaban, por ejemplo, Mapplethorpe o Coplans, en lo referente al retrato, o Bernd y Hilla Becher, Thomas Struth, Gabriel Basílico o Manolo Laguillo en el paisaje.