Su ideario y sus puntos de vista, polémicos y combativos, quedan reflejados en artículos y conferencias. En “Siqueiros y el arte de masas”, publicado en Nueva Revista de Buenos Aires, manifiesta sus diferencias con el artista mexicano sobre los límites del arte mural y critica la experiencia de Ejercicio Plástico afirmando:
La pintura mural no puede ser más que una de las tantas formas de expresión del arte popular. Querer hacer del movimiento muralista el caballo de batalla del arte de masas en la sociedad burguesa, es condenar al movimiento a la pasividad o al oportunismo. La burguesía en su progresiva fascistización, no cederá hoy sus muros monopolizados para fines proletarios [...] La prueba más palpable la tenemos en Buenos Aires con Siqueiros [...] El pretexto de hacer una experiencia técnica no puede justificar el vacío de contenido. Siqueiros para realizar una pintura mural, tuvo que amarrarse a la primera tabla que le ofreció la burguesía.
También da a conocer, a través de la prensa rosarina, la iniciativa que encabeza desde la Mutualidad para crear una Academia de Bellas Artes en esa ciudad, saliendo así al cruce de las opiniones oficiales contrarias al proyecto.
Con la ayuda de Anselmo Piccoli realiza la obra más próxima al muralismo mexicano, El hombre herido. Documentos fotográficos, panel pintado a la piroxilina con soplete de