Alberto Greco
Vivo-Dito vacío, 1963
Alberto Greco
Las siamesas italianas
Más adelante continuó:
“En cualquier momento entra un señor gordo y bueno, con la boca llena de clavos y mirando el reloj, un poco agitado, le dice: desnúdate y apúrate que te vengo a crucificar. El personaje debe ser simpático y hacer reír. Mientras, Carmelo se empieza a desnudar lentamente...”
Tras su apresurada partida de Roma –la policía le había dado il folio di via–, producto del escándalo causado en El Laboratorio, el teatrillo instalado en un viejo garaje, no muy lejos de la zona vaticana, Greco se radicó en Madrid. Durante un tiempo vivió en la casa del pintor argentino Adolfo Estrada. Allí nació su amistad con Manuel Viola y su mujer, con Lucio Muñoz, con Manolo Milares, Eduardo Arroyo y Antonio Saura. En este tiempo comenzó una serie de pinturas, con dibujos y collages en los que superponía escrituras generalmente autobiográficas. Parecía querer mostrar al mismo tiempo, en un mismo plan, lo cotidiano, sus recuerdos, sus mensajes, todo entreverado con figuras monstruosas y con caricaturas.
En este período de Madrid, Greco pintó algunos cuadros en conjunto con Saura. Estas telas se referían al asesinato de Kennedy. También organizó varias acciones en Madrid y en Piedralaves. Entre ellas, una el 18 de octubre de 1963, que tituló Un momento vivo dito. Viaje de pie en el metro