Incorporación de personajes vivos a la tela
Alberto Greco. Llegó lo mejor, Greco, c. 1964
Greco retornó a Buenos Aires antes de finalizar 1964 y presentó su última experiencia de Arte Vivo. En la invitación se anunciaba: Mi Madrid querido. Pintura espectáculo Vivo-Dito. Con la colaboración del famoso bailarín español Antonio Gades; presentación de Jorge Romero Brest. Una revista de la época describió el acto:
“Media hora antes del show, el 9 de diciembre, el público, agolpado ante la puerta de la galería interrumpió el tránsito y reclamó de manera estentórea que la fiesta empezara. En la primera sala se veía una pared decorada con viejos paneles de un cafetín del Bajo, abrumados por opulentas vedettes finiseculares; debajo de ellas, sendos cartelitos advertían: Mi tía María del Rosario Greco - Mi tía Ursulina Greco. Dos melancólicos lustrabotas (los que paraban en la esquina de Florida y Córdoba y en la de Florida y Paraguay) aparecían sentados ante bastidores blancos, rodeados de pomadas, cepillos y frascos de tinta. Alberto Greco entró vestido de almirante o embajador (nadie lo supo nunca), con una banda cruzándole el pecho y un aludo sombrero negro desbordante de plumas multicolores. Trepó a una tarima, y desde allí esparció sobre la concurrencia claveles y banderines con la efigie de Palito Ortega. Luego, con su voz gangosa y temblequeante, leyó un manifiesto que acumulaba medio centenar de obscenidades y palabrotas. Harta del encierro, la comitiva de Greco decidió trasladarse a