Las obras que presentó (Buenos Aires, 1938) en las muestras del Movimiento Informalista se basaban en una materialidad de variadas calidades, con contrastes entre opacidad y brillantez, todo unido a una tonalidad de registros en extremo bajos. Sobre la superficie sinuosa, los graffiti mostraban la espontaneidad de su trazado. También exhibió unos relieves sobre alambre tejido, con papeles de diario, cartones y gruesos empastes de pintura. En 1961, en la Galería Witcomb, expuso un conjunto de obras en las cuales continuaban dominando la materia, los relieves, los graffiti, la opacidad y el brillo. Un año más tarde presentó otra muestra personal, en la Galería Lirolay.