El informalismo recibió la adhesión de artistas provenientes de orientaciones y generaciones muy diversas. Uno de los primeros que sufrió el influjo de los recursos informalistas fue (Vasto, Chietti, Italia, 1897 - Buenos Aires, 1987), destacada figura de la vanguardia de los años treinta, que nunca fue indiferente a las sugerencias de los movimientos más avanzados. Desde 1958 pintó unas abstracciones eclécticas, con manchas y salpicaduras. Ese año obtuvo el Premio Palanza, la recompensa más importante de la época, con un conjunto de pinturas realizadas con manchas y chorreados sobre fondos con formas geométricas muy libres.