Enrique Romano y Aldo Paparella son dos escultores que trabajaron en la vía del informalismo, con un uso muy particular del material. No les interesaban los medios tradicionales, sino los residuos encontrados y los metales degradados. Utilizaban restos heteróclitos, la chatarra, los fragmentos informes de la industria y los materiales atacados por los cortes y los golpes.
(Minturno, provincia Latina, Italia, 1920 - Buenos Aires, 1977), presentó en 1960, en la Galería Van Riel, con el título 20 sugerencias, unas esculturas de aluminio, en las que el material estaba sometido a las más brutales torturas, perforado, maltrecho. El metal aparecía martillado, retorcido, cortado, como fijando el instante mismo del hacer. Otras obras estaban construidas con fragmentos de hierro soldado. En 1963 realizó unas cajas de madera con ensamblados de materiales diversos, pintados de negro.