Comienza a estudiar dibujo por correspondencia. Prácticamente autodidacta, en 1956 ingresa como ayudante de diseño gráfico en una agencia publicitaria de Buenos Aires. Rubén Corrado, pintor e ilustrador, lo interesa en las expresiones artísticas y culturales. Toma cursos en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes. Se entusiasma con el cine –llegará a ser socio de dos cineclubes a los que asistirá asiduamente. Los films de Ingmar Bergman provocan su admiración, sobre todo por su manejo de la luz. Al tiempo que continúa su desarrollo como artista plástico, frecuenta exposiciones y se introduce en el ambiente del arte.