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Arte concreto
en Argentina
por
Adriana Lauria
Enero de 2003
Referencia bibliográfica para este dossier
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Mediante la acción de los grupos Arte Concreto-Invención, Madí y Perceptismo, que desarrollan su actividad a partir de la segunda mitad de la década del 40, se afirma la abstracción en nuestro país. Constituyen la primera vanguardia nacional organizada y divulgan su estética por medio de exposiciones, revistas, manifiestos, panfletos, conferencias, etc.
 
Introducción | Historia | Documentos | Selección bibliográfica
 
1. Antecedentes
2. Arturo, instantes previos
3. La revista Arturo
4. Asociación Arte Concreto-Invención
 
5. Madí
6. Perceptismo
7. Expansión y afianzamiento
 
 
Perceptismo
Lozza. Pintura n° 82
Raúl Lozza
Pintura n° 82, 1946
Raúl Lozza Nota 1 experimenta en 1946 con formas independientes dispuestas de manera coplanar, pero sostiene que aún falta considerar el contexto espacial donde la obra se desplegaría, esto es, las propiedades visuales y ambientales del muro en que las formas habrían de emplazarse.
Hacia 1947 ya tiene algunas ideas sobre cómo abordar este problema y las plantea en el seno de la Asociación Arte Concreto-Invención. El resto de los miembros considera que las formas recortadas presentaban limitaciones y deciden volver a los soportes cuadrangulares. Este disenso, además de razones personales, provoca la renuncia de Lozza a la Asociación.
 
Lozza. Pintura n° 117
Raúl Lozza
Pintura n° 117, 1946
Lozza. Pintura n° 161
Raúl Lozza
Pintura n° 161, 1948
Luego de una conferencia dictada en el Centro Cultural de Ramos Mejía, donde presentaba una exposición, conoce a Abraham Haber, entonces estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras, quien se interesa en sus ideas y pronto empieza a escribir sobre ellas. Es él quien propone el nombre de Perceptismo para esta nueva etapa de la obra de Lozza, debido a la relevancia que en ella tiene la percepción como método cognoscitivo, por medio del cual se operaría la transformación del hombre.
Trasponiendo al mundo de la pintura algunas nociones de la física y la matemática modernas, como la teoría de los quanta de Planck, la teoría de la relatividad de Einstein o las ecuaciones que definen el campo electromagnético de Maxwell, persigue elaborar en el arte un sistema equivalente al científico, evitando que sea un mero testimonio ilustrativo, sino que logre asumir un carácter acorde a los avances del conocimiento de la época.
En poco tiempo elabora una técnica precisa. Problemáticas tales como “la estructura abierta” (sistema proyectual regido por líneas de fuerza centrífugas en base al cual se definen las formas), la “cualimetría de la forma plana” (con la que se controla y ajusta la relación forma-color) y la noción de “campo colorido” (como lugar en el que se instala la pintura, idealmente el muro arquitectónico con el que interactúa), constituyen los elementos principales de un método cuyo fin es la producción de obras verdaderamente concretas y que responden al anhelo expresado por Lozza de realizar “[...] un arte de vivencia jubilosa, de belleza física y objetiva, de humanidad y de progreso, capaz de relacionar al hombre con lo desconocido, activando su conocimiento y su propia conciencia creadora”. Nota 2
 
Lozza. Pintura n° 211
Raúl Lozza
Pintura n° 211 (estructura), 1947
Lozza. Propuesta de dibujo concreto H
Raúl Lozza
Propuesta de dibujo concreto H, 1947
Rembrandt Lozza. Objeto estético
Rembrandt V. D. Lozza
Objeto estético, 1946
En 1949 se inaugura en la galería Van Riel Raúl Lozza. Primera exposición de pintura perceptista. A modo de manifiesto en el catálogo aparece un texto del artista donde afirma que:
“El perceptismo no se complementa con el medio, sino que impulsa su desarrollo. No es producto del medio, sino que está condicionado por su potencia renovadora. [...] no es el refugio de la pintura en un idealismo geométrico y matemático, sino la integridad a su realidad histórica y a la naturaleza inequívoca, inconfundible, de su función social, como hecho revolucionario y como proceso dialéctico de elementos materiales de creación. [...] Así, el perceptismo se manifiesta como la etapa superior y más avanzada de la pintura. Inaugura una nueva era en el arte, y difiere de las demás escuelas abstractas y concretas en el hecho fundamental de haber logrado por vez primera la realidad del plano-color, un nuevo concepto de estructura consustanciado con el proceso práctico de los medios visibles de creación, y la superación de las contradicciones entre forma y contenido, razón de ser del arte representativo y pesadilla del arte abstracto”.
En la misma publicación Abraham Haber expresa que:
“La pintura perceptista es como es vista y es vista como es [...] no es un arte de museo, lugar donde el hombre va, según un horario fijo, a buscar su ración de sentimientos estéticos, sino que es un arte de ‘ambiente’ que debe acompañar al hombre en su centro cotidiano; en el hogar, en los edificios públicos y privados, en los medios de transporte, en las oficinas, en los talleres y calles, porque debe alcanzar al hombre en la manifestación de su realidad y no en el caño de escape que es una sala de museo”.
Entre 1950 y 1953 Lozza escribe, diseña y edita los siete números de la revista Perceptismo, en la que también colaboran su hermano Rembrandt y Haber. En esta publicación se encuentra parte de su profusa producción teórica que siempre acompaña su labor artística. Uno de los temas fundamentales de sus investigaciones, quizás sea el color, y en el N° 1 aparece un artículo titulado “El color en el arte. Resumen y fragmentos de un libro en prensa”, que como libro aún permanece inédito. En él insiste sobre el concepto de unidad entre forma y color, elementos cuya interacción determina la armonía estructural de la pintura, organización en la que a cada forma corresponde una determinada intensidad de color.
 
Ambientación con obras de Lozza
Raúl Lozza
Ambientación de sus obras realizada para su retrospectiva en el Museo de Arte Moderno, 1997
Algunos conceptos claves para la materialización ideal de las obras de Lozza aparecen en 1952 en el N° 4 de Perceptismo:
“[...] las consideraciones previas donde ha de germinar el suceso plástico, han excedido con el PERCEPTISMO los límites estrechos del muro como fondo o del clásico lienzo rectangular [...] al hablar de estructura pictórica, nuestras primeras consideraciones serán:
1) La dimensión total del muro arquitectónico;
2) La distancia media entre éste y el espectador;
3) El campo visual pictórico o el ángulo de percepción simultánea;
4) El color REAL del muro y la intensidad cromática APARENTE de acuerdo a la luz y al espacio distancial, y
5) El campo estructural o el espacio circunscripto por los puntos de referencia.”
 
Para evitar el azar de superficies circunstanciales, instala sus obras sobre placas esmaltadas, que considera fragmentos de pared y no marcos de encierro. Las formas dispuestas a cierta distancia, como si estuvieran flotando sobre estos “recortes de muro”, guardan relación de color con ellos por medio de cálculos “cualimétricos”, en base a una tabla de más de 4200 tintes clasificados.
Su concepción de la pintura persiste en la actualidad, y el método regido por fórmulas matemáticas de los comienzos, Nota 3 con el tiempo se consubstancia con la metodología de trabajo hasta dar la impresión de un proceder intuitivo. Su influencia sobre las posteriores generaciones de artistas abstractos es profunda. Al respecto en 1993 Jorge López Anaya escribe:
“Los debates actuales sobre la pintura no han hecho sino adquirir una notable actualidad a Lozza [...] La razón es simple. Su obra, desde una ontología del presente, del ‘nosotros’, encierra algunas claves de la ‘pintura’ cuando su práctica, en casi todos los casos es, cancelación de lo pictórico.
Por otro lado [...] deconstruyó el cuadro. Rechazó la idea del mito de la pieza única e irrepetible; modificó la posición del ‘autor’ frente a ella. Su obra, es un dato fundamental, puede repetirse de acuerdo a una precisa anotación proyectual y una compleja codificación de elementos. Parece [...] remitir a la melancólica extinción del aura anunciada por Benjamin”.
“[...] en tiempos del ‘fin de la historia’, [...] del pensamiento débil, del neopragmatismo, de la nueva hermenéutica, por su tozuda perseverancia a través de décadas, y en particular por la temperatura ética y estética de su pintura, nos recuerda el paraíso perdido: la utopía”. Nota 4