Gregorio Vardánega
Composición, 1950
Virgilio Villalba
Pintura, 1949
Juan Melé
Coplanar n° 13, 1946
Alfredo Hlito
Ritmos cromáticos II, 1947
Se suceden en ese año una serie de muestras que revelan la vitalidad del grupo: en septiembre en el Centro de Profesores Diplomados de Enseñaza Secundaria, en octubre realizan la Exposición Arte Concreto-Invención en la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos (SAAP) y la 4° Muestra de Arte Concreto-Invención en el Ateneo Popular de La Boca. Para entonces ya se han incorporado , y , que conocían la obra y la prédica del grupo desde noviembre del año anterior. La labor de difusión se completa con conferencias y artículos para diferentes medios.
El segundo número de la revista aparece en diciembre, bajo el nombre de
Boletín de la Asociación Arte Concreto-Invención, una edición más modesta que la primera pero con el mismo tono combativo. Los artículos, varios en contestación a diatribas o comentarios críticos, revelan que el grupo, sus obras y sus teorías iban incidiendo en el ambiente cultural, no sólo de Buenos Aires, sino también del Uruguay. Precisamente, Maldonado escribe una contestación a declaraciones aparecidas en
Removedor, revista que, desde 1945, expresaba también polémicamente, los puntos de vista del Taller Torres-García. Frente al ataque que Torres hacía al arte geométrico, observando que era más adecuado al frío temperamento nórdico de los neoplasticistas que a los americanos, Maldonado responde con sorna acerca del criterio “de barómetro” a lo Hipólito Taine esgrimido por Torres, caricaturizando su clasificación como “[…] arte ‘ice cream’ para uso holandés, arte ‘allo spiedo’ para uso meridional […]”. Acusa al Universalismo Constructivo de eclecticista decadente y contradictorio debido a la confusa mezcla de elementos de la moderna abstracción, rémoras figurativas y tradiciones pictóricas.
En esta polémica se ponen en evidencia las diferencias entre el constructivismo uruguayo y el movimiento concreto argentino.
Los años siguientes del grupo son de consolidación y difusión de obras e ideas. De las experiencias con marcos irregulares, ya sea subdividiendo con líneas negras composiciones geométricas a modo de vitral (Espinosa, Lozza, Melé), superponiendo, yuxtaponiendo o interceptando figuras (Lozza, Prati, Maldonado, Hlito, Núñez), o creando figuras con huecos de formas precisas (Espinosa), se pasa a independizar cada forma constitutiva de la obra y a fijarlas, por medio de barras, en una composición de planos nivelados (Lozza, Molenberg, Melé). En escultura se trabaja con formas imbricadas, a veces de un solo material, a veces de varios, combinando texturas y colores en estructuras preferentemente ortogonales. La evolución de las líneas en el espacio es otra modalidad de los escultores (Girola, Iommi), empleada para marcar direcciones rectas, con fuertes acentos diagonales, o para desenvolverse en curvas, flexibles y dinámicas. Las varillas empleadas pueden presentarse con el color propio del material –bronce, acero, madera, acrílico, etc.– o policromadas.
Pronto en pintura se retoman los marcos cuadrangulares donde líneas, planos, módulos formales y colores juegan sus ritmos y tensiones, tratando de encontrar sutiles variaciones perceptuales.