En el centro de la sala se ubicaba un pedestal escalonado, en cuya cima un recipiente funcionaba como reservorio de tinta que caía lentamente desde el techo. En el proyecto original, la tinta iba a ser roja, simulando sangre, y luego se convertiría en negra, pero un problema técnico impidió esta variación de color. La instalación se completaba con la “escenografía sonora” de Daniel Curto que incorporaba al espacio las grabaciones de diversos discursos. En los afiches y postales de difusión –una de ellas fue utilizada como invitación– se emplearon fotografías de Marcos López para las cuales la artista posa desnuda sobre las imágenes de la instalación.
Al finalizar la muestra, Maresca desmonta los paneles y los traslada a la Reserva ecológica de Costanera Sur, ubicándolos a orillas del Río de la Plata para realizar una fotoperformance que Adriana Miranda se encarga de registrar.
En octubre aparece Maresca se entrega todo destino en el Nº 8 del mensuario de relatos eróticos El Libertino. Esta doble página, proporciona el número de teléfono de la artista y