Emprende unos objetos polimatéricos conocidos como “Los Monstruos”, donde los elementos encontrados abandonan el plano para configurarse en el espacio. Estos grandes ensamblajes hechos de los materiales más diversos (bobinas de madera, balaustres, sellos de goma, restos de faroles, volantes, tapas de inodoro, embalajes para huevos, radios antiguas, canastos, tapitas de gaseosa, máscaras populares, adornos de hojalata, partes de bicicletas, palas de lavarropas, etc.) habían sido precedidos por un conjunto de relieves comenzados en París en 1962, dedicados a lúbricas versiones de Ramona y otros personajes bestiales realizados a escala reducida.
La consonancia de su obra polimatérica con la versión local del arte pop hace que artistas como Delia Cancela, Edgardo Giménez, Pablo Mesejean, Dalila Puzzovio, Carlos Squirru y Zulema Ciordia lo consideren un precursor. Por este motivo interviene con ellos en la exposición La muerte, realizada en la Galería Lirolay de Buenos Aires.