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Artistas de
La Boca
por
Florencia Battiti y Cintia Mezza
Agosto de 2006
Referencia bibliográfica para este dossier
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Se ofrece aquí un panorama que revisa casi una centuria de labor de un conjunto de artistas vinculados al barrio de La Boca. El dossier repasa su gravitación en el proceso de modernización del arte en la Argentina y la incidencia de las instituciones culturales allí creadas. La investigación y los textos estuvieron a cargo de Florencia Battiti con la asistencia de Cintia Mezza.
 
Introducción | Síntesis histórica | Artistas | Panorama gráfico | Cronología | Bibliografía
 
1. Precursores
2. Las lecciones de Lazzari
3. Arte e imagen del barrio
 
4. Auge, inflexiones y proyecciones
5. Apéndice I: La cultura y el barrio
6. Apéndice II: El tango y La Boca
 
El tango en La Boca del Riachuelo
Rosso. Desde el taller
José Desiderio Rosso
Desde el taller, s/d
El barrio de La Boca, aún hoy, es un suburbio típico y particular, de los que suelen estar recorridos por grupos de turistas. No obstante, a fines del siglo pasado, arrinconado contra el río, era un arrabal poblado de italianos, en especial genoveses, criollos, hispanos, negros y gente de campo. La población negra en La Boca se situó hacia 1850 en un sector naciente del suburbio, sobre el cammin vegio (camino viejo) cerca del arroyo del Piojo. En el seno de este pequeño mundo, de heterogénea complexión, van a florecer algunos de los rasgos distintivos de lo que después sería el tango.
Controvertido desde sus orígenes, ya en 1889 la institución normativa de la lengua lo definía como “fiesta y baile de negros y de gente de pueblo en América”. Debieron pasar casi 100 años para que el diccionario definiera al tango como “baile argentino de pareja enlazada, forma musical binaria y compás de dos por cuatro, difundido internacionalmente”
 
Partitura de Caminito
Primera página
de la partitura
de Caminito
Partiruta de Clavel del aire
Primera página
de la partitura de
Clavel del aire
De nacimiento oscuro y clandestino, el tango se aloja desde sus inicios en los resquicios de los barrios marginales y, particularmente en la zona portuaria de La Boca, con sede en los “piringundines” de la calle Necochea. Personajes como Angel Villoldo y José Tancredi “trazan los compases de estas cadencias con resabios candomberos” Nota 1 que con el tiempo irán cobrando carácter propio. Según relata Antonio Bucich, Villoldo tocaba la armónica y la guitarra en la casa de baile que el padre de Juan de Dios Filiberto tenía sobre la calle Necochea y Progreso (hoy Pinzón). Desde allí Filiberto toma contacto tempranamente con el tango para luego convertirse en su ineludible referente. De su autoría será la letra que inmortalice una callejuela del barrio (“Caminito”) y con marcado temperamento, dirá que su música es sobre todo, sentimiento:
“Mi música es muchas cosas juntas, pero sobre todo sentimiento. Claro que en arte no basta sentir, hay que saber expresar. El arte cerebral elaborado en frío, en base de técnicas rígidas y fórmulas hechas, no es de mi cuerda. Para mí la técnica es un medio y no un fin en sí misma. Las técnicas se aprenden pero el fuego sagrado nos tiene que salir de adentro”. Nota 2
El boquense Juan de Dios Filiberto, quien firma sus primeras composiciones como Filiberti, compone inolvidables tangos que se popularizan en todo el mundo. Además del afamado “Caminito” (1926), cabe mencionar "Quejas de bandoneón", "El pañuelito" (1920) y "Malevaje" (1928).
Carlos Gardel, quien fuera su entrañable amigo, grabó dieciséis temas suyos. Además de los mencionados, "Amigazo", "Clavel del aire", "Compañero", "Cuando llora la milonga", "El besito", "El ramito", "La cartita", "Langosta", "La tacuarita" (zamba), "La vuelta de Rocha", "Mentías" y "Yo te bendigo".
Para sus entendidos y “enamorados”, el tango es mucho más que una música o un baile, es una mágica alquimia de sentimientos, emociones y sensaciones que, especialmente durante los primeros 30 años de existencia, se afirma como la música propia de un ambiente arrabalero y marginal.