Viaja a París y trabaja en el taller de Julio Le Parc, del que era amigo desde la época de la Escuela de Bellas Artes, aún cuando Gómez recién ingresaba en el momento que Le Parc estaba terminando sus estudios. Colabora con él en la realización de sus obras cinéticas. También asiste a Antonio Berni en la tirada de sus grabados dedicados a Ramona Montiel. En los dos años de permanencia en Europa recorre varios países tomando contacto con el arte de los grandes maestros cuya influencia, sin embargo, es sistemáticamente reelaborada en procura de mantener su libertad artística.
Presta atención a la gráfica y la calidad de impresión de las revistas europeas, con las que realiza una serie de collages abstractos de composición constructiva en los que se ven fragmentos de ornamentación arquitectónica que muchos años después reaparecerían en sus esculturas.