El cubismo, al abolir la representación naturalista en sus temas, planteó la revisión del concepto que impulsó a los pintores de todas las épocas a encerrar el cuadro dentro de un marco regular, la “ventana” desde la cual, aparentemente, se ve el mundo. En el año 1941, intenté la solución de este problema, que el cubismo no había resuelto (a pesar de las experiencias de Marcoussis). Los dos aspectos que se planteaban en este caso eran: si debía de haber una relación inmediata entre la estructura temática y el contorno, o si por el contrario, se debía de continuar con la relación mediata del tema con el contorno a través de “fondos”, porque si bien el fondo, en la pintura naturalista es imprescindible para crear la ilusión de espacio, siempre es un elemento que crea en la composición una solución de continuidad, es decir, que da un fragmento del tema, nunca la totalidad de él; de esto surgía que la pintura, al dejar de ser representativa, para encarar la creación de entidades, debía de ser resuelta como una unidad total, y de ninguna manera fragmentarla. La solución fue recortar el marco, que parecía satisfacer plenamente este concepto, porque crea una composición discontinua.
Estas primeras experiencias las expuse en el Ateneo de Montevideo, en el año 1943, y teóricamente estas búsquedas fueron documentadas en el N° 1 del año 1944 de la revista “ARTURO”.
Al formarse el grupo “ARTE CONCRETO INVENCION”, estas experiencias pasan a formar el cuerpo de doctrina del mismo. Más tarde, el grupo se divide por la exclusión de algunos de sus integrantes, que han de permanecer utilizando la misma denominación, y en lo que respecta al núcleo central del movimiento toma el nombre de “MADI”.
Desde Madí, este proceso evolutivo sigue su curso, y se analizan y fundamentan dos tipos de pinturas en razón de su construcción, y se caracterizan por su marco; ellas son: de marco recortado y de marco estructurado; en el sentido de que en el marco recortado se ha seguido un proceso de intraversión, es decir se ha tomado un polilátero y se lo ha dividido (forma fraccionada) o simplemente se lo ha recortado sobre la base de un polilátero regular fraccionado; en este caso, la forma resultante siempre guarda memoria de la forma en que se generó, porque continuando las líneas fundamentales de aquella, se puede reconstruir el polilátero regular en que fue concebido. En el caso del marco estructurado, el procedimiento es inverso, o sea de extraversión, se han compuesto los poliláteros partiendo de un centro o varios (formas compuestas).
De esto se desprende que en la pintura de marco recortado, al ser éste, en la casi totalidad de los casos, la única forma creada conscientemente adquiere una importancia fundamental, en detrimento de la composición de la pintura, que se reduce a una serie de casilleros logrados por el trazado de líneas entre puntos del perímetro, y por lo tanto sin tema plástico, o bien, cuando lo tiene, entonces es necesario recurrir a formas de relleno (fondos) para cubrir los espacios que median entre el tema propiamente dicho y el marco, mientras que en la pintura de marco estructurado, este es el resultado final de un proceso de desarrollo y composición de un tema plástico estricto, no necesitando en ningún caso de elementos ajenos a sí, para su normal estructuración.
He aquí las razones que dieron origen al surgimiento de los nuevos conceptos, que sostienen, apoyados por razones dialécticas y científicas, estas teorías, contra los viejos métodos, dando lugar al surgimiento de infinitas perspectivas para el futuro de la pintura.