Luis Fernando Benedit Laberinto para ratones blancos, 1972
				
				Jacques Bedel
				La sentencia, 1973 
				
				Victor Grippo
					Analogía I (2a versión)
					1977
				
				
				Luis Pazos. Instalación presentada en Espace Pierre Cardin, París
1975
				
				Alfredo Portillos
				Viejos y nuevos mitos 1976
				
				Carlos Ginzburg
				Prostitución, 1974
			 
			
				Por su parte, el formato fílmico dialoga con las obras al tiempo que se propone como medio autónomo de expresión. En 1974, un video educativo en blanco y negro, que incluiría trabajos de artistas del grupo, se presenta en el MoMA de Nueva York, en el Centro San Fedele de Milán, en Amberes, en Bruselas, y en la propia sede porteña. 

 No se trata de mera documentación sino de promover lo audiovisual, otorgándole carta plena de ciudadanía artística. En 1975, desde el CAyC comienzan a organizarse los 
Encuentros Internacionales de Video-arte: en febrero, en el Espace Pierre Cardin de París; en mayo, en el Palazzo dei Diamanti de Ferrara, Italia; luego, en Buenos Aires. Incluyen unas “experiencias” de Vigo filmadas por Glusberg, obras conjuntas de Leonetti, Pazos, Romero, Luján Gutiérrez y Glusberg, entre otras. 

 Pero, en estos casos, la muestra de video es paralela a la presentación de 
Arte de sistemas en América Latina, con la exhibición de obras en los más variados soportes. Por ejemplo, para la muestra en el Espace Pierre Cardin, Portillos exhibe uno de sus altares, 
Homenaje popular a un latinoamericano muerto en combate; 

 Bedel, algunas de las obras de la serie 
Crímenes políticos; Benedit, su 
Laberinto para ratones blancos; Maler, la paradigmática 
Homenaje. 

 La muestra de París es comentada por Hugo Verlonne, de 
Le Quotidienne, en términos de “una impresionante demostración de un arte práctico, aplicado a la lucha y a la elaboración de una ideología revolucionaria.” 

 El cronista agrega, a las obras mencionadas más arriba, las papas de Grippo, detentadoras de energía, los “cinco fantasmas de cráneos blancos, vestidos de negro” que celebran “una misa sacrílega” –se trata de la obra de Luis Pazos–, la presencia de 
mass media y de escrituras entre otros. 

 Se comentan por igual las posturas teóricas, la contundencia de las imágenes, la fuerte presencia de las obras.
 
				Pero, si de presencias se habla, nada más inmediato ni directo que el acto performático. 

 Los altares de Portillos, consistentes en suelos de arena sembrados de velas, cruces adornadas con coronas de flores secas y exvotos, se instalan mediante ceremonias rituales de carácter sincrético: “cada uno es un hecho único porque está vinculado al momento y ámbito donde se construye o desarrolla”, y ese ámbito suele tener una característica de intimidad, 

 ya se trate del 
Cementerio de los guerrilleros latinoamericanos en Bélgica (1974), o del 
Altar latinoamericano de 1975 en el Espace Cardin.
 
				Carlos Ginzburg también continúa trabajando en arte de acción. En 1972 presenta en CAyC la performance 
Heráclito, acción donde lee fragmentos del filósofo del “todo fluye”, al tiempo que va quemando las páginas ya leídas. La acción vuelve a repetirse dos veces: en 2011, en el marco de la retrospectiva 
Sistemas, Acciones y Procesos, 1965-1975 en la Fundación Proa de Buenos Aires y también, en nueva versión, en la Terrasse de la Cité Le Corbusier, en Marsella. En 1974, presenta 
¿Qué es el arte? Prostitución, para la exposición del CAyC en el I.C.C. de Amberes, donde una prostituta sostiene un cartel con la frase del título, más la indicación de que es cita de Baudelaire. Permanece en su puesto durante el horario de exhibición, dando incluso su número de teléfono a los visitantes. Por las noches, vuelve a su oficio en la calle. La documentación de esta performance se presenta, en 2004, en Murkha de Amberes. La acción vuelve a realizarse, con variantes, en 2006, en la Slought Foundation de Filadelfia, en 2010 en el Fondo Nacional de las Artes de Buenos Aires, y en la 
Nuit Blanche de París, 

 y también en Bruselas y Nueva York. La más “efímera” e inmediata de las expresiones artísticas contemporáneas encuentra el modo de renovar su presencia a lo largo del tiempo y trasponer fronteras, con independencia del continente institucional de origen. 

 
				Tan sólo entre 1974 y 1975, otras muestras internacionales como el Grupo de los Trece en Un modelo de museo para los años ochenta, Galería Halvat Huvit, Helsinki, Finlandia; Arte Latinoamericano en Zagreb, Yugoslavia; Argentine and Latin American Art at Reykjavik, Islandia; Art and Ideology in Latin America, Agora Studio, Maartricht, Holanda; Latin American art Problematic, Instituto de Historia del Arte de la Universidad de Lund, Suecia, entre muchas, dan cuenta de la productividad y difusión en estos años efervescentes. En 1976, Arte de sistemas II se vuelve a presentar, esta vez en París, Londres y Bruselas. El formato heliográfico no desaparece. Para la muestra Década del 70, colectiva de síntesis organizada por Glusberg en el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de San Pablo y presentada también en 1976, se vuelve a recurrir a ese soporte.