Habiendo comenzado a emplear laminados de espuma de goma y resina poliéster en obras biomórficas que aluden a tripas anudadas, tendones y miembros mutilados, presenta por primera vez uno de éstos trabajos, el conocido como Orgánico, junto a otros de la etapa anterior, en la exposición Once espacios, organizada por Samuel Paz en la Galería Ruth Benzacar. Participan además un destacado grupo de escultores como Horacio Coll, Carlos de la Mota, Juan Carlos Distéfano, Noemí Gerstein, Claudio Girola, Alberto Heredia, Enio Iommi, Aldo Paparella, Emilio Renart y María Juana Heras Velasco. La obra de Gómez, si bien mantiene aquella metáfora de disolución empleada en los trabajos de 1976, subvierte su esquematismo retomando aquellos signos expresivos que había abandonado. Por medio de lo gestual, el color y la textura, remite a una materia básica, el tejido biológico, cuya presencia se impone cargándose de contenidos existenciales. La obra causó el malestar de un espectador y fue corrida a un lugar poco visible.