Esta serie aparece en plenitud en la exposición individual que realiza en la Galería Arte Nuevo entre noviembre y diciembre. El meduloso prólogo del catálogo, escrito por el artista Víctor Grippo, señala el alejamiento de estas obras de la ortodoxia escultórica, se refiere a su aspecto visceral y la consecuente remisión a la naturaleza animal de lo humano, donde parecen hacerse más patentes los conceptos de vida y muerte. Además señala que, a la pormenorizada acción constructiva que estos objetos denotan, Gómez “[...] añade el seccionamiento, también como gesto, reiteración cotidiana, abuso cotidiano del dolor”.
Particularmente conmovedor resulta el último párrafo de un artículo escrito por Julio Sapollnik a propósito de esta muestra, en el que hace una clara alusión a algunos de los métodos de exterminio –los “vuelos de la muerte”– empleados en ese momento por el terrorismo de estado imperante en la Argentina: “Esta escultura de cirugía se nutre de la idea de vida –sobrevida, dada por el asombro de descubrirnos a nosotros mismos, después de volver de un vuelo rasante por la muerte.”