equilibrio; alude a cuando Vincent siente perder la estabilidad mental. En febrero de 1888 le escribía a su hermano Theo:
Durante el viaje he pensado en ti, por lo menos tanto como en la nueva región que veía. Pienso que tal vez más adelante vendrás aquí con frecuencia. Me parece casi imposible poder trabajar en París, a menos de tener un lugar retirado donde reponerse y recuperar la tranquilidad y el equilibrio. Sin eso uno se embrutecería fatalmente [...]
Distéfano interpreta este sentimiento y lo parangona al balanceo de la silla. Los colores de la pintura se trasladan a la escultura: al amarillo se suman el verde de la puerta del fondo y el rojo de las baldosas, recreados en el cuerpo del personaje, en el pelo y en el solado. El entrelazado de las pinceladas del cuadro y de la trama del asiento de paja se repite como texturas en el torso, la cabeza y la base de la escultura.