A punto de regresar definitivamente con su familia, cuando sus hijos terminaran el ciclo escolar, Distéfano hace un balance de su estadía europea, recogido en un artículo escrito por la crítica Elba Pérez. Radicado en Barcelona evalúa el ambiente artístico catalán como muy localista y endogámico, aunque reconoce el deslumbramiento que le ocasiona el arte románico de la región. También pondera la aparición de un realismo de nuevo cuño en los artistas madrileños y destaca la obra del pintor Antonio López García y del escultor Luis Doñate.
Con una muy favorable recepción realiza en la galería Jacques Martínez de Buenos Aires su exposición individual Juan Carlos Distéfano, esculturas 1976-1980, que se extiende entre el 27 de agosto y el 20 de septiembre. Presenta quince obras entre las que se encuentran Desnudo. Lo mismo en otras partes, Desnudo. Con razón o sin ella –ambas de 1977–, Ícaro I y II, El rey y la reina I y II, Cabeza amarilla, Autorretrato, En un camino I –todas de 1978–, Salto, En la hamaca, Persona y la primera versión de En el río al atardecer (1979), y de 1980 En un