que además están Daniel Acosta, Carlos Alonso, León Ferrari, Norberto Gómez, Ricardo Longhini, Marcos López, Jorge Meijide, Luis Felipe Noé, Juan Carlos Romero, Hermenegildo Sábat, el Grupo Escombros, el Grupo Etcétera, entre otros.
En un número especial de la revista Ñ dedicada a analizar la cultura a 30 años del Golpe militar de 1976, el crítico Alberto Giúdici en su artículo “Arte de la supervivencia“ observa:
“La década del 70, escribe Luis Felipe Noé, será la década de la escultura. Y en efecto no hay mucha en los 60, primero porque junto con la desmaterialización del arte aparecen las llamadas estructuras primarias que buscan quebrar la planimetría del cuadro. Y en los 70 surge, dice Noé, una generación de escultores que incorpora ‘una palpitación dramática del mundo real desde lenguajes que apropian deshechos [sic], tecnologías y materiales nuevos’.
Son los casos de Juan Carlos Distéfano, Norberto Gómez, Enio Iommi, Alberto Heredia. Distéfano, empleando resinas poliéster, ‘presenta una imagen brutal y asfixiante’ de la realidad, dice Noé. En 1973 realiza su obra maestra, ‘El mudo’, actualmente en el Museo Nacional de Bellas Artes, y como en el caso de las Cárceles de Zabala, parecen anticipar la tragedia. ‘No anticipan nada –rectifica