Resulta interesante la opinión de J. A. García Martínez que resalta una tendencia dominante entre los jóvenes artistas argentinos que podría describirse como “pop contestatario” en la que se incluiría la obra de Distéfano así como las de Deira, de la Vega y Macció. Al respecto dice:
“La bienal demuestra que en esta etapa del arte está integrado lo nacional con lo internacional. La cultura ha sido superada y existe otro sentimiento. La Argentina es hoy en el arte lo que Suiza en la conflagración del 17. Monstruos políticos, sociales, tratan de cercar al hombre, y es cuando se produce un grito de libertad, de reacción, que está expresado en la corriente pop. Esta forma de expresión de los muchachos argentinos, dice que los cuadros son sinceros cuando son leales a sí mismos. Por eso cuando los pintores son más americanos, más aún lo son universalmente”.
Paralelamente, un grupo de veinticuatro jóvenes artistas desarrollan el Primer Festival Argentino de Formas Contemporáneas, una “anti-bienal” apoyada por Jorge Romero Brest. Aparte de los organizadores locales –Rodolfo Imaz, Oscar Brandan, María Rosa Roca y Felipe Yofre–, participan en ella Pablo Suárez, Roberto Jacoby, Eduardo Costa y Lea Lublin, entre otros.
Distéfano diseña la escenografía y el vestuario para Los siameses, obra de Griselda Gambaro y dirigida por Jorge Petraglia, cuyo estreno se realiza en la sala del Di Tella.