hunde la línea de horizonte. Pero aquí un cuerpo yacente –tal vez el del homenajeado– se funde y a la vez constituye en sí mismo el amarillo trigal. Este será uno de los homenajes de Distéfano a Van Gogh, por quien siente admiración tanto artística como ética y cuya vida lo conmueve profundamente. Inspirado en su pintura Distéfano interpretará su vida y su obra en otras piezas como Hasta cierto punto de 1985 y Florero roto en 1890, realizada en 1988/89.
Del 20 de septiembre al 10 de octubre participa en una muestra de pinturas y objetos junto a Ricardo Carreira, Humberto Rivas y Pablo Suárez en la Galería Lirolay.
En octubre interviene en la III Bienal Americana de Arte en Córdoba, organizada por las Industrias Kaiser Argentina. El jurado, compuesto por Alfred Barr Jr., Arnold Bode, Sam Hunter, Carlos Villanueva y Aldo Pellegrini, se inclina por las tendencias abstracto-geométricas. Otorga el Gran Premio a un trabajo cinético del venezolano Carlos Cruz Diez y el Primer Premio a una obra de César Paternosto enrolada en el shaped canvas. Recién considera para el Segundo Premio una imponente composición neofigurativa de Ernesto Deira.
El envío de Distéfano, que incluye
Tres versiones,
Lucha y
Cabalgata tiene amplia aceptación entre artistas y críticos, que lo consideran la revelación del certamen y son numerosos los reproches al jurado por no haberle otorgado ninguna distinción.