Video: Horacio Butler. Un pintor en Worpswede
Taller de Butler en la rue Cler, País, 1923
Interior del taller
de Butler, 1923
En 1921 llega a Milán con su madre, recientemente viuda. De todos los integrantes del grupo, es el primero en arribar al viejo continente. Desde Milán, le escribe a y lo alienta a partir rumbo a Europa. Al año siguiente ambos amigos se encuentran en la Gare de l’Est y juntos pasan una corta estadía en París. En la capital francesa, Butler se aloja en una modesta pensión de la rue Bernard de Plaissy. Frecuenta a los americanos Van Auken, Sheldon y Billy Cody que lo introducen en la colonia americana. Luego, junto a Badi parte para Alemania, país que este último apenas atraviesa, para instalarse en Viena.
Butler reside en la colonia artística alemana de Worspwede donde permanece por el término de seis meses, con el intervalo del mes transcurrido en París. Es entonces cuando, a través de la obra de Cézanne, la de los expresionistas alemanes y la de Marc Chagall, vislumbra por primera vez el arte moderno. También conoce allí la pintura de Paula Modersohn-Becker. Mientras tanto, en Viena, Badi alquila un viejo galpón donde trabaja junto a Sheldon. Butler se suma al dúo, pero en vísperas de Navidad, junto a Badi, se traslada a Milán donde pasan las fiestas y luego parte a la capital francesa a inicios de 1923.
Allí Butler se instala en un taller de la 51 bis, rue Cler, cerca de la Escuela Militar, el Campo de Marte y los Inválidos. Inmediatamente comienza una rutina de trabajo en el taller de André Lhote y en la Academia de la Grande Chaumière. En 1923 conoce al escultor argentino y a su mujer, la pintora y crítica de arte francesa Germaine Derbecq.