El CAYC (Centro de Arte y Comunicación) le dedica todas sus salas. Allí exhibe un importante número de las obras producidas en los últimos años que comprende desde las vísceras hasta una especie de maqueta de monumento ritual. En éste, un altar rodeado de escalinatas encierra una cavidad en la que pueden verse restos óseos. Las inscripciones que acompañan esta obra realizada en 1979 –Deseo, Amor, Conocimiento, Fantasía– señalan la intencionalidad de materializar una reflexión acerca del devenir y de la memoria como modo de trascendencia.
En el transcurso de esta muestra recibe la carta de una familia de desaparecidos que le agradecía “su denuncia, su gesto”. Descubre que su obra puede referirse también a la realidad inmediata, a pesar de que reconoce que el punto de partida fue más subjetivo e individual. Ante la recepción por segunda vez de la misma carta también se dio cuenta que su obra podía volverse peligrosa.