Concluye el ciclo de sus esculturas en poliéster con un conjunto de piezas que preanuncian su serie de las armas y los instrumentos de tortura. Estas obras mostradas en la Galería Tema bajo el título
Por amor al Arte, se caracterizan por tener un color blanquecino, conseguido con el uso del carbonato de calcio, y grandes dimensiones, superando varias veces la escala de los originales en que se inspiran. Representan una custodia eucarística, una fuente o pila bautismal, un mangual –arma medieval que se usaba a modo de látigo pero con el poder de golpe de una maza–, alambres de púas y una muleta, elementos que parecen referirse a la represión, el sacrificio, la falta de libertad, la dependencia e, incluso, la necesidad de trascendencia por medio del rito comunitario. Como indica el artista “[...] la palidez se refiere a lo desangrado. Una vez extraída la sangre, la circulación, la vida, todo eso se hace símbolo”, en clara alusión comparativa a su obra anterior.
Luego de diez años cierra y abandona el taller que tenía en Sarandí. Sigue rentándolo por largo tiempo pero no vuelve a